No nos atrae vivir apurados, no nos alcanza el hecho de llegar.
No nos molesta el camino más largo, no nos preocupa que pueda pasar.

       

  

- Pero díselo.

- ¿El qué?

-Que la quieres.

- Ni hablar, su avión sale esta noche. 

- No tienes nada que perder, y te arrepentirás si no lo haces. Yo nunca se lo dije lo suficiente a tu madre. Tendría que habérselo dicho cada día, porque era perfecta cada día. Esto es como en las películas, siempre se lucha hasta el final.

Nuestra familia es chiquita y está un poco rota, pero nosotros podemos cuidarte y ayudarte a ser bueno, pero si quieres puedes irte... Siempre recuerdo a los que se van.

           El deseo de volver al pasado siempre está, pero nunca se cumple. Aún así queremos volver, ya sea para cambiar alguna cosa o para repetirla, pero lo que no queremos entender es que todo pasa por algo. No importa lo mínimo que fuese.
  Y yo hoy, orgullosa de muchas cosas y arrepentida de algunas otras no deseo volver al pasado, sino que deseo enfrentar mi presente.

Esa chica que ves ahí no tiene canciones favoritas, pero si números. Es de ese tipo de personas que lloran con las películas y tiene mas abrazos que dar que palabras. Saber como amar y dejar de sufrir es lo que le falta aprender. Casi siempre está perdida y sin fuerzas, pero siempre que la necesites está ahí para darte una palabra de aliento. No es valiente pero se la jugaría por vos (aunque es muy cobarde en cuestiones del amor) Siempre que quieras divertirte invítala a bailar, no te va a decir que no, mucho menos hacerte esperar. Tropieza siempre con la misma piedra, maldita costumbre de volverse sobre sus pasos. Si la lastimaste muy profundo no te le acerques jamás, aunque es muy posibles que después de unos días te pueda perdonar. Recuerda que para encontrarla tienes que seguir su camino de sonrisas, y tal vez la puedas ver por ahí, caminando sin prisa.