Para decirle adiós a una persona primero debes estar completamente seguro de que quieres que salga de tu
vida, de que tú te diriges hacia un camino donde no hay cabida para los dos; pero sobre todo debes asegurarte de que esa despedida es para los dos el capítulo final de un libro lleno de recuerdos felices que llevarán toda su vida.
Si no puedes convencerte de esto, es inútil que le digas adiós a esa persona que quieres, porque esto dejará de ser un hecho para convertirse en una frase fría y vacía que al contrario de hacerte más fuerte, te desgarra el alma al repetirte cada día qué habría pasado si en vez de abandonar a ese alguien hubieses luchado por él. Y esa es una duda que con el tiempo se convierte en frustración, en un capítulo vacío que te esforzarás por borrar y tanto será tu esfuerzo que lo recordarás aún más.