sábado, 18 de junio de 2011

-No te entiendo... ¿Qué tiene que ver todo eso con salir de este estado de dependencia?
-Pues es muy fácil. Basta con que llegue otra persona que lo cambie todo. Produce un desequilibrio agradable en cierto modo, pero al final todo se estabiliza y vuelves a la normalidad. Una vez en ese punto lo demás tendrá cada vez menos importancia. Tu anterior recuerdo perderá nitidez con cada día que pase, pasarás de las lágrimas a la felicidad. ¿Y todo eso por qué? Porque la mejor droga de la que se puede depender es el amor, hasta los médicos lo dicen.
-Y... ¿cómo empezar?
-Esa es la mejor parte. Mira por la ventana.
-¿Qué pasa? Sólo veo el jardín.
-Llueve.
-Ya, ¿por qué te crees que no he salido hoy?
-Pues ese es tu primer error. Tienes que hacerlo. Sin paraguas.
-¿Estás loca?
-No, en realidad es algo que está científicamente demostrado: el agua purifica. Sal ahí fuera sin paraguas, deja que la lluvia te empape; grita si quieres, corre, déjate llevar por el viento y por la lluvia.
-De verdad, cada día te entiendo menos.
-Eso es porque nunca has salido sin paraguas. 

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