Difícil es juzgar a una persona por su mentalidad, precario para algunos
determinar en qué lugar de esa alma habitan el bien y el mal, imposible de toda
forma adivinar o conjeturar lo que esconde su cerebro, cuáles son o fueron sus
motivaciones, qué es aquello que lo mueve y lo mantiene en la vía recta de
aquello que se ha propuesto, lo cierto es que los caminos de la mente son
tortuosos y difíciles, algunas veces intransitables…y la suya es un verdadero
laberinto lleno de obstáculos.
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