No tenemos otra
alternativa que soñar, seguir soñando y soñar, además, con la esperanza de que
ese mundo mejor tiene que ser realidad, y será realidad si luchamos por él. El
hombre no puede renunciar nunca a los sueños, el hombre no puede renunciar a
las utopías. Es que luchar por una utopía es, en parte, construirla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario