domingo, 10 de mayo de 2015




A veces uno amanece con ganas de extinguirse... Como si fuéramos velitas sobre un pastel de alguien inapetente. A veces nos arden terriblemente los labios y los ojos y nuestras narices se hinchan y lloramos y queremos extinguirnos... Así es la vida, un constante querer apagarse y encenderse.

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